sábado, 9 de abril de 2016

¿Y si soy yo la aguja en el pajar?

... Pues va Google y la encuentra, claro. Comprobado: he escrito mi nombre completo en la barra del buscador y, voilà, ahí estoy. Una foto, por si hubiera dudas, y hasta mi DNI publicado en el BOE, lo cual me gusta muy poco pues no tengo ningún control sobre lo que he visto ni posibilidad de eliminar esta violación de mi privacidad. En cambio, ni siquiera aparece un enlace a mis perfiles en redes sociales lo cual me hace pensar que su configuración es la que debe ser.

Tentaciones he tenido de hacer la misma prueba introduciendo el nombre y los apellidos de algunos conocidos de mi entorno pero he preferido eludirlas por cierto sentido ético y de pudor. Ya es suficiente con ver a diario todo lo que la gente cuelga voluntariamente en páginas como Facebook y que, en la mayoría de los casos, encuentro excesivo como para ir a encontrar accidentalmente lo que nadie me ha dado permiso para ver.